lunes, 30 de noviembre de 2015

Otras navidades llegan...

Casi estamos en Diciembre y en estas fechas es raro que no nos hayamos dejado llevar por la vorágine de una sociedad cada vez más consumista, en la que las luces y adornos navideños llegan cada año antes a casi todas partes. Quién no está en varios grupos de Whatsapp para eventos durante este mes que queda hasta año nuevo... Y esto es un no parar. Lo reconozco, yo estoy abducido y convencido de que muchos de vosotros también. 



Pero si echamos la vista atrás podemos ver cómo vivíamos otras navidades, y si las comparamos con las recientes, notaremos como vamos cambiando los hábitos conforme nos hacemos mayores (pero tranquilos, que nunca se es viejo si uno no quiere). Uno de los hábitos que se van perdiendo es el de escribir. Cuántos de vosotros preparaba un "taco" de tarjetas navideñas para enviar a la familia, a los amigos o seres queridos. Y cuántos de vosotros antes de escribir lo hacía en una hoja aparte, con el fin de que el texto fuera el idóneo y al plasmarse en la felicitación quedará perfecto (aunque alguno salió con algún tachón o rectificación encima). Quién no preparaba una extensa carta para esa persona que no iba a ver en las navidades...  Hoy en día las nuevas tendencias y tecnologías hacen que estemos quizá más cerca y que el contacto con nuestra gente sea más rápido, pero ha perdido su encanto. Incluso somos incapaces de llamar por teléfono... Preferimos contactar a través de whatsapp, sms o de cualquier Red Social antes que escucharnos... 

Y si seguimos echando la vista atrás, encontraremos a personas que ya no están entre nosotros... Unos porque el de la guadaña juega sucio y, normalmente y sin consentimiento alguno, decide que necesita reclutar un ejército de ángeles,  dado que el mundo está cada vez más poblado y no disponen de ángeles para todos...  Otros porque dejan de formar parte de nuestras vidas. Novios o novias que se dejan, algún divorcio o separación, o alguien que da un vuelco a su vida y desaparece sin más y sin querer dejar rastro alguno. A los que ya son ángeles los recordamos con cariño, con amor, con nostalgia, incluso con un sentimiento de rabia porque no nos dieron tiempo de decirles un último te quiero, o un último beso. Pero sabemos que son inmortales hasta que no perezca la última persona que recuerde su nombre. Siempre se sacarán recuerdos y anécdotas y aflorarán las sonrisas cuando levantemos las copas y brindemos en su honor.


Al final viene a tu mente la frase: "La vida es una rueda que no se detiene por nada ni por nadie". Qué verdad tan grande. A veces nos aferramos al pasado  y somos incapaces de ver como el presente nos trae nuevas personas que dan mucha luz a nuestras vidas, niños que dan alegría y color a unas fiestas en las que muchos de nosotros dejamos de creer. Y gracias a estos pequeños entendemos muchas de las cosas (sobre todo sacrificios y esfuerzos) que nuestros padres hacían por nosotros y que nunca valoramos hasta que no han aparecido los nuevos reyes de las casas. 


Si alguna vez hemos dudado del espíritu navideño, es momento de reflexionar y ver la sonrisa pura de un niño.  Y recordar que todos lo fuimos y hemos vivido muchas navidades con esa ilusión, esperando y contando los días para que llegarán. Es hora de seguir recordando a nuestros ángeles y sonreír una vez más por ellos. Es hora de ser solidarios y pensar lo afortunados que somos por la vida que llevamos, y que con un poco de nuestra parte, podemos hacer feliz a otras personas estas navidades... Pero también es hora de que el espíritu navideño ahonde definitivamente en nuestros corazones y se perpetúe en nosotros todo el año. De nada vale sacar la cara buena para estas fiestas y que, como los viejos actores griegos, nos pongamos la careta y nos ocultemos el resto del año. 

En las fechas en las que estamos, nos damos cuenta que tenemos el privilegio de vivir un nuevo mes de diciembre y prepararnos para una navidades más. Hagamos de éstas algo inolvidable. En nuestras manos está.  Aunque todavía queda días para que lleguen, queremos aprovechar este espacio, para desear a cada uno de vosotros unas muy felices navidades.


Que seáis ese marinero que, tras un largo periodo en la mar, regresa ansioso al hogar para morir en un abrazo inmenso con sus seres queridos. Que seáis bordón para todo el que os necesite. Que vuestros hogares se iluminen con la fuerza que transmite la sonrisa de un niño, y viajad en el tiempo para convertíos de nuevo en el niño que fuisteis hace años. Que la paz nunca se vaya de vuestros corazones. Que se ahonde en el y que se perpétue para siempre como el espíritu de la Navidad.





4 comentarios:

  1. Una gran entrada, leerla te lleva inmediatamente a recordar e instintivamente vas asintiendo pues en cada párrafo te ves reflejado
    Recordemos en su justa medida a los que no están ya con nosotros y centrémonos en los que sí están para que nunca nos quedemos con las ganas de decirles lo importantes que son en nuestras vidas
    Felices fiestas para todos

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    1. Muchas gracias por tu tiempo en nuestro pequeño espacio querido amigo. Un abrazo inmenso

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  2. Y este año hermano..... Teneros aquí.....intentaremos volver atras

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