UN AMIGO ES PARA SIEMPRE....

Uno que no para de alardear de su valía como hombre de esta especie, de ser un auténtico macho ibérico que  intenta apartar a ese engreído de Cristian Grey del trono irreal e irrisorio que  se ha creado (qué ganas tengo de producir mi película del macho ibérico para que comparen ustedes los que verdaderamente es lo nuestro, lo patrio, lo genuino...) tuvo que poner los pies en el suelo, coincidiendo con la última entrada de quien me contrató, para hablarle a ustedes de mi vida y experiencias.  Y esta última  ha sido determinante para reflexionar un poco sobre mi vida, y la vida.  

Hablaba Lola en su post de la amistad, de esos amigos que aunque no los veas a menudo, sabes que están los primeros.  Su entrada ya me hizo volver unos años atrás (muchos) para estar al lado de algunos amigos que, para mi desgracia, nos fuimos apartando porque la vida nos pone a cada uno un camino, y a veces es muy difícil seguir el de otros (o el mío).    Y entre estos estaba "Cachete" como le llamábamos, o José para otros. Con él (y otros) comencé a salir los fines de semana, nuestras primeras cervezas en grupo, discotecas donde se bailaban lentas (si recuerdan ustedes ya les indiqué esto en otro post) y muchas historias más.  Él era mayor que yo, por aquella época tenía una vespino con pegatinas de Snoopy, vestía siempre con vaqueros ¨Levi's", polos "Benetton" y jerseys "Privata".  Íbamos a comprarnos ropa a "La Moraleja" para "fardar" porque vivíamos en un barrio de currantes e ir allí y ver que comprábamos donde la gente rica, nos hacía parecer iguales (ya saben, cosas de adolescentes). Podría seguir contando historias de él y de otros amigos durante mucho tiempo, pero no quiero dar más detalles no sea que algunas de las féminas que leen este blog se den por aludidas y me tiren piedras cuando me vean. Estuvimos así hasta que la madre patria me llamó para que hiciera el servicio militar y después, a mi vuelta, todo había cambiado; su camino fue por otros lares, por otros derroteros (sin dejar de ser amigos) y lo que era una estrecha amistad se enfrió. Nos vimos alguna vez y como si no pasara el tiempo, pero estaba claro que ya nunca volvería a ser lo que fue. Y se preguntaran ustedes a donde quiero llegar...

Este sábado pasado (1 de Agosto), recibí la llamada de otro amigo de la época para decirme que José había muerto. Sí, el hijo de puta de la guadaña se llevaba en esta partida que es la vida a una persona con 46 años. No puedo hablar de él desde el año 89 hasta ahora, porque se reduce a encuentros esporádicos en el barrio donde nos criamos (y en el que él aún vivía). Pero lo que sí os puedo decir es que cuando colgué el teléfono, sentí la perdida de un amigo, de un gran amigo... Un amigo con el que había comenzado a conocer otras facetas de la vida hasta entonces desconocida para mí. Me encantaba quedar los viernes con él (y el grupete) y salir por ahí con las motos para que las niñas nos miraban, me hacía sentir importante (ya ven ustedes lo que es la adolescencia), y tengo infinidad de recuerdos con él.  Empezábamos los viernes y acabábamos el domingo por la tarde.  Eso sí que era vida...

El domingo por la mañana, me dirigí al cementerio de Colmenar Viejo, no me puse de luto porque estoy seguro que él no lo habría querido así y, en mi vestimenta ficticia, estaban mis viejos vaqueros  y mi polo rojo lleno de chapitas de Snoopy, mis náuticos Martinelli, y esperaba verle llegar con su pelo casi rubio y ondulado encima de su vespino, que se bajara de ella con su sonrisa y sus ganas de hacer reír a todos y escuchar "que montara de paquete" como él me decía... Pero no fue así.  Se ha marchado para siempre y no he podido darle las gracias por esos años en los que éramos felices, sin más responsabilidades que la de pasarlo bien, de vivir una vida muy intensa como la que vivíamos por entonces, compartiendo penas y alegrías.  Y como no me has dado la oportunidad de darte las gracias, no te las voy a dar por aquí. Eso sí, espérame muchos años, ve enfriando unas cervezas que, cuando estemos juntos alguna noche en esa eternidad que nos han prometido, te contaré muchas cosas, me contarás muchas cosas y me dejarás que te dé las gracias por ese tiempo que la vida me hizo disfrutar a tu lado.  Hasta pronto "Cachete".  Ve buscando algunas rubias para cuando esté por allí...


2 comentarios:

  1. Excelente! Me histeria llorar. Un abrazo.

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    1. Otro para ti amigo. Un placer saber que desde México (querido y amado) sigues este blog

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