miércoles, 30 de septiembre de 2015

María José, una Mujer 11 (7+4)

Cuando la pena cae sobre mí, el mundo deja ya de existir, miro hacia atrás y busco entre mis recuerdos. Para encontrar la niña que fui y algo de todo lo que perdí, miro hacia atrás y busco entre mis recuerdos. (Entre mis recuerdos, Luz Casal)

No puedo estar más de acuerdo con Luz Casal. Eso hago, no lo puedo evitar. Cuando me siento triste siempre busco recuerdos alegres y hay una etapa de mi vida donde siempre los encuentro: mi infancia. La letra de la canción continúa diciendo que “sueña con noches brillantes al borde de un mar de aguas claras y puras”, en esto difiero… Yo sueño con noches brillantes, calurosas aunque con una pequeña brisa, pero no en la orilla del mar. Mis recuerdos me llevan a calles alegres, con gente sentada junto a las puertas de sus casas, “cogiendo el fresco”, grupos de vecinos charlando sobre la vida, niños corriendo, jugando, cantando y peleando de vez en cuando, pequeñas bicicletas mal aparcadas sobre las aceras, risas y en definitiva, vida. Entre todos ellos había una niña morena con ojos enormes y despiertos, de pelo rizado y risa contagiosa que se escuchaba entre las vocecitas del resto de pequeños. 

Era una niña guapa, divertida y muy inteligente, le gustaba participar en la conversación y hacer chistes de todo porque tenía capacidad para ello, rapidez mental  y mucho ingenio. Yo sentía (y siento) un enorme cariño hacia ella y una gran admiración, sabía muchas cosas y siempre resolvía mis dudas. En esa época internet no existía, no había google, ni wikipedias, ni estas cosas modernas… pero si quería saber qué decía la canción de mi cantante favorito le preguntaba a ella o quizá no recordaba cómo se llamaba esa película cuyo protagonista era... probablemente ella lo supiera porque ella era así: despierta, observadora, inteligente y además buena amiga.  

Se llama Mª José y está en esos maravillosos recuerdos de los que os he hablado pero tengo la gran suerte de tenerla también en mi presente, en este caso, como protagonista de este blog de Mujeres 11 (7+4).


El tiempo ha pasado y ella ha crecido, como todos, pero no sólo en años, también en belleza e inteligencia. Es una mujer especial, divertida, una madre excepcional a la que le gusta renovarse, aprender cosas nuevas que puedan ayudarle a mejorar y a la que le gusta transmitir sus pensamientos llenos de optimismo y energía positiva. Esta nueva entrada queremos dedicarla a la naturalidad, a la belleza sin artificios, a María José. Esta extraordinaria mujer nació en Octubre y se considera otoñal por lo que no es casualidad que le guste la renovación que en definitiva es lo que define a esta estación. La escritura es una de sus aficiones y de sus virtudes, ha sido premiada por ello en numerosas ocasiones y tenemos el honor de contar con uno de sus escritos para este blog:


El otoño invita a reconocernos en estos árboles que poco a poco se muestran desnudos, desvestidos de viejas hojas, dejando ahora ver sus ramas entre los rayos del sol.
Si cierro los ojos puedo sentirme como aquella niña soñadora que miraba al futuro ajena a esta rueda vertiginosa que nos arrastra y nos hace parecer, hacer ver, impostar.
Desear una piel esculpida, talla de ideal ajeno, carácter adecuado, conversación sesgada…
¿Dónde perdimos nuestra esencia? ¿Realmente necesitamos cargar con esta mochila de artificio?
¿Por qué no rebelarnos contra esa rutina y dejar caer nuestras hojas secas?
¡Qué generosa es la madre naturaleza! De qué forma tan sutil y bella nos hace ver que las fisuras e imperfecciones necesitan ver la luz para mostrar la verdadera perfección del ser humano.




Muchísimas gracias María José por querer formar parte de este grupo de Mujeres 11 y por este maravilloso texto que nos hace reflexionar. Terminamos este relato con una de tus frases favoritas:

“Da siempre lo mejor de ti y lo mejor vendrá” (Madre Teresa de Calcuta)

viernes, 18 de septiembre de 2015

Sonia, una Mujer 11 (7+4)

En una conversación entre Mujeres, no hace mucho tiempo, salió un tema que seguro os resulta familiar a muchas de vosotras: ¿En qué momento te cambia la vida?, ¿Cuál es el detonante, el determinante, el punto de inflexión? 
Alguna piensa que su vida cambió cuando tuvo que marcharse de su casa para llevar a cabo sus estudios, vivir sola, sin su familia, cambiar su domicilio, dejar su pueblo; otras creen que el hecho verdaderamente causante de esta variación es el matrimonio o la convivencia con la pareja, crear tu propio hogar, con todas las responsabilidades que esto conlleva y compartir tu vida con alguien “nuevo” (permitidme el adjetivo). 
Yo di mi opinión en esa conversación y la voy a incluir en este relato: La vida me cambió cuando me convertí en madre, cuando tuve a mi primera hija. Con esto no quiero desanimar a futuras mamás o a las que se lo están planteando… Ya habréis escuchado muchas veces eso de que es la responsabilidad más grande y la mayor satisfacción; pues es cierto y te cambia todo, vaya si te cambia…

¿Recordáis cuando de pequeños jugábamos a aquellas videoconsolas antiguas y alcanzábamos otro nivel? De repente el protagonista del juego cambia de ropa, es mucho más rápido, más valiente, más hábil, sabe hacer muchas cosas, tiene más superpoderes. No es una comparación muy adecuada pero el cambio de nivel se experimenta.  Ahora, si buscas casa te fijas en todo tipo de detalles, hasta en que no tenga muchos escalones para facilitar la entrada del carrito y posteriormente de todos los trastos con ruedas (triciclos, bicicletas,…), que esté ubicada cerca de un buen cole, de un parque y por si acaso, de un buen hospital. Si te vas de vacaciones tu búsqueda en Google comienza por: “Hotel para familias con niños”, “Aparthotel con actividades infantiles” y derivados,… Si sales a cenar ya ni te cuento… O buscas un sitio en el que haya espacio libre para que puedan desfogar toda su energía y vitalidad o te llevas unos grilletes (jajaja esto es broma, o no… no sé). Sé que a muchas de vosotras os sonará todo esto pero quiero dedicar este texto a la protagonista de este blog, a Sonia, una mujer estupenda, una gran amiga que en numerosas ocasiones es mi compañera en estas batallas de las que hablo, estas batallas que algún día recordaremos y echaremos de menos.

Hermana mayor en una familia numerosa, gran apoyo de sus hermanos a los que adora y sé que el sentimiento es recíproco.  Mujer valiente, con una belleza arrolladora, trabajadora incansable, madre ejemplar, gran amiga, Sonia es de esas personas con las que te sientes bien, que transmite buena energía, con las que puedes hablar de todo. No pararía de decir cosas buenas de ella. En definitiva,  Sonia,  es una Mujer 11 (7+4). Y como buena componente de este grupo es aficionada a la lectura y también a la música y nos quiere dejar una recomendación literaria: "El diario de Ana Frank", una de las lecturas que más le han impactado, y una preciosa frase de un grande de las letras, Francisco de Quevedo: "Los que de corazón se quieren, sólo con el corazón se hablan". Gracias amiga.

Y como podéis observar, de nuevo dedicamos este blog a la belleza, no sólo por la protagonista, que a la vista está, sino por los diseños que luce en las fotos que llenan este espacio de elegancia y estilo. Piezas originales, puro arte, creadas por una gran artista (permitidme la redundancia pero no puedo utilizar un término más adecuado pues es Arte con mayúsculas). Muchísimas gracias Mercedes por tu apoyo y tu colaboración con este blog, permitiéndonos lucir estas maravillosas creaciones. Gracias Sister’s por hacernos sentir guapas, por elaborar belleza, primero con tu imaginación, después con tus manos. Gracias infinitas.







Y a ti Sonia,  gracias por querer ser protagonista de este blog. Eres una Mujer admirable y tengo mucha suerte de poder contar contigo. No quiero dejar pasar la oportunidad de terminar la entrada con una frase de la letra de esta canción que sé que te encanta: "Y aunque todo se hunda,  seguiré aquí,  en pie..." (Alejandro Sanz)







Agradecimientos a Sister's Tocados

https://www.facebook.com/SistersTocados
http://sisterstocados.blogspot.com.es/

martes, 1 de septiembre de 2015

Belén, una Mujer 11 (7+4)

Conocer a una mujer como Belén impresiona, vamos que si impresiona... Sus casi metro noventa de estatura y su belleza no dejan indiferente a nadie. Su porte y elegancia, su manera de hablar, de dirigirse a la gente, de trabajar junto a ella para un evento solidario, de tomar una copa después de que las cosas realizadas hayan salido bien. Así es esta mujer. Pero lo que más sorprende de ella es su vocación por los demás. Desde muy joven vio que su forma de vida debía estar dirigida por y para los demás y hoy es un lema de vida. Mujer ejemplar donde las haya, reúne todas las características para ser una mujer 11 (7+4) y estamos muy orgullosos de poder contar parte de su historia.

Lo de trabajar en una ONG a mucha gente le sorprende y a otros les ha abierto los ojos. En numerosas ocasiones le preguntan de todo sobre su trabajo: que qué hay que hacer para dedicarse a ello, que si se trabaja gratis y hasta si visita al psicólogo regularmente por ver tanta penuria… La poca cultura solidaria distorsiona el concepto que se suele tener de los que se dedican a la cooperación; al final es un trabajo bastante desconocido para la mayoría.

En su caso, todo comenzó cuando tenía 23 años. Había estudiado periodismo, trabajaba en la redacción de un periódico y no le gustaba lo que hacía. Casi de un día para otro dejó todo aquello y sin saber muy bien por qué y para qué se marchó a África. Se fue más por la aventura que por otro sentimiento y lo que se encontró allí marcó el resto de su camino. Recuerda que su billete con destino a Malawi era con fecha de ida pero no de vuelta, caducaba a los 6 meses y aunque no tenía mucha idea de lo que se iba a encontrar, sabía que se iba a quedar hasta el final… Su cometido era dar clases de inglés como voluntaria en una escuela y viviría en una Misión de niños y niñas huérfanos, la mayoría a causa del VIH/SIDA.


Ahí fue donde conoció de primera mano el trabajo de las ONG y de la gente que se dedica a ello. Vivió lo imprescindible que es esta labor y lo necesarias e importantes que son todas las ayudas que se ofrecen. Vidas que dependen de un medicamento ordinario y de que exista o no dinero para comprarlo, niños que se mueren por la picadura de un mosquito… Le fue fácil tener la certeza de que quería y podía dedicarse a ello.
Conoció a gente y tuvo la suerte de volver a España, a Barcelona, ya con su primer trabajo en una ONG, Active África. Para ella fue una etapa preciosa, empezar de cero, volver a África a identificar y poner proyectos en marcha. Era una satisfacción brutal ver cómo todas las aportaciones tenían un fin tan increíble.

Luego comenzó otra aventura en Global Humanitaria, organización con la que lleva trabajando 10 años. Empezó viajando de nuevo a Malawi, para un proyecto de ayuda humanitaria coincidiendo con una hambruna que atravesaba el país y pronto pasó a formar parte del Departamento de Comunicación donde estuvo unos años.

Decidió volver a su tierra, Asturias, para llevar a cabo su verdadero proyecto de vida, tener un hijo y criarlo allí. Nunca se vio como madre de familia numerosa, pero sí tuvo algo clarísimo desde siempre: "Y es que tener un hijo no me lo iba a perder por nada y que quería hacerlo joven", nos cuenta Belén. Allí puedes verla, con su precioso hijo rubio con el pelo rizado, pasear por el campo una mañana de lluvia, o dar un paseo por las bellas calles de Oviedo.

En Asturias trabaja como delegada de Global Humanitaria en la zona norte y es la responsable de Sensibilización y Educación para el Desarrollo de la Coordinadora de ONG de Asturias (organismo que agrupa a las ONG del Principado).

Los que tenemos el gusto de conocerla, sabemos que se considera una mujer muy afortunada porque se dedica a lo que le gusta y comparte su faceta de madre y mujer trabajadora, sin haber renunciado a nada. Belén no se imagina su vida sin trabajar, pero menos aún sin disfrutar de los momentos que pueda vivir todos los días junto a su hijo. 

Entre sus gustos literarios, le gustan los libros que hablan de realidades y que abordan los temas que le interesan: derechos humanos, periodismo, viajes… No tiene un libro favorito, pero le encanta la obra del periodista polaco Ryszard Kapuściński,  concretamente “Ébano” que la enamoró hace ya muchos años. Hace poco leyó “Océano Africa” de Xavier Aldekoa y es lo mejor que recuerda desde hace mucho tiempo. Una frase que le gusta y siempre le acompaña es “Nadie puede herirte sin tu consentimiento” de Eleanor Roosevelt. Para ella, es una oda a la independencia y a la confianza en uno mismo. Cree que echamos demasiado la culpa a los demás de nuestros problemas, cuando nosotros somos los únicos responsables de nuestra vida y felicidad. Si algo ha aprendido dedicándose a esto es a relativizar, a mirar menos el ombligo y a ser consciente de que somos verdaderos afortunados por el mero hecho de poder elegir. "Elegir es una capacidad básica que muchas personas de este planeta no se pueden permitir", nos dice Belén.

También le encanta viajar, la naturaleza, la playa, la música, bailar… Como a todo ser humano, le gusta pasarlo bien y rodearse de gente alegre y positiva.

Así es Belén, mujer comprometida con los demás. Un ejemplo de que se puede hacer de la vida algo por y para los demás, sin renunciar a un proyecto familiar. Por todo esto, Belén es una Mujer 11 (7+4) sin lugar a duda; un ejemplo de solidaridad y calidad humana, una buena amiga y una increíble mujer. Gracias Belén por permitirnos conocerte un poco más y dejarnos enseñar al mundo la gran mujer que eres.