La esperanza le pertenece a la vida, es la vida misma defendiéndose (Julio Cortázar). Comenzamos con esta cita, la
historia tan especial que os queremos contar hoy. La protagonista es una
Mujer a la que la vida le propuso un reto al que nadie se debería enfrentar
jamás, pero que por desgracia ocurre, y es cuando nos damos cuenta de lo que es
verdaderamente importante y de lo fuertes que podemos llegar a ser.
Quien bien la conoce cuenta que fue una niña modelo, una buena estudiante,
responsable en sus cometidos y siempre rodeada de grandes amigos. Según fue
creciendo en su personalidad destacaba la tranquilidad ante cualquier situación
adversa. Adriana es fuerte, responsable, tranquila, siempre busca una solución
sin alterarse; es muy profesional en su trabajo, piensa mucho las cosas antes
de llevarlas a cabo; muy amiga de sus amigos y muy querida allá donde va.
Y de
repente recibió uno de los mayores golpes con el que la vida te sacude, la enfermedad
de su hija de 10 meses.
Lo
primero que pensó fue que era un error, que debían repetirse
las pruebas, porque eso no podía ser. Decidió que debía indagar por su cuenta,
tenía la necesidad de llegar al fondo de la cuestión e informarse en profundidad.
Y cuando verdaderamente descubrió dicha enfermedad y la complejidad de la misma
supo que el único camino era ir hacia delante y se convenció a sí misma de que saldrían de esto. Fueron muchos meses de
incertidumbre, pruebas confusas… pero finalmente la única solución era buscar
una médula para Valeria y había que moverse.
Adriana
supo en todo momento qué paso seguir. Había que luchar por la vida de su hija y
así lo iba a hacer.
Siempre
estuvieron presentes su fuerza mental y su sonrisa. Nunca manifestó tristeza.
Siempre fue positiva. El sufrimiento llegó en algunos momentos pero aun así
nunca se mostró débil; su sonrisa, su fortaleza y su optimismo son sus mejores
armas.
Los que
más la conocen se sorprendían de su fuerza maternal. No había lágrimas, ni
siquiera un derrumbamiento o un bajón. Era ella la que se quedaba allí, mientras
los demás la veían tras un cristal y cada vez que se despedían de ella era la
que les decía que todo iba a salir bien. Debía luchar con su hija y debía
transmitir esperanza y seguridad. Y sin duda, así lo hizo.
No
podemos olvidar la lucha y el coraje de toda familia, el padre, los abuelos y
todos los que hicieron posible este milagro, pero este homenaje es para ti,
Adriana, queremos decirte lo honrados que nos sentimos con tu presencia en este
espacio de Mujeres 11 y queremos dedicarte esta cita de Pablo Neruda: “Me gusta la gente que vibra, que
no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe
lo que hay que hacer y que lo hace”.
Tu
lucha, la de tu familia, tu marido Iván, tu padre Fernando, por quién te
conocimos y al que agradecemos enormemente su colaboración, y todos los que os
han apoyado en vuestra batalla, han conseguido que aumente en siete veces los donantes
en Asturias y en un gran número los de
España. Vuestro mensaje se hizo viral en la red y personas conocidas, clubes de
fútbol,… quisieron apoyar vuestra campaña solidaria, pues no sólo estáis
ayudando a vuestra hija sino a todas las personas que padecen o padecerán esta
enfermedad. Este caso también ha hecho posible dar a conocer mucho más la
donación de médula. “Desconocemos muchísimo sobre este tema", nos cuenta Adriana, "había gente que me
preguntaba que si para donar médula había que estar muerto,…”
Gracias a su caso se ha abierto la posibilidad de donar para gente que nunca se lo había planteado por tener un absoluto desconocimiento del proceso.
Gracias a su caso se ha abierto la posibilidad de donar para gente que nunca se lo había planteado por tener un absoluto desconocimiento del proceso.
Nos
cuenta Adriana que les sorprendió muy gratamente la reacción de la gente y el
apoyo recibido, no esperaban tantas muestras de cariño y tantas ganas de
colaborar pero el que siembra recoge y esto no podía quedar en nada. “Estamos
agradecidos, no, lo siguiente” Me dice Adriana en una conversación en la que se
escucha de fondo a la valiente y luchadora Valeria. “Hasta que no te ves en
estas difíciles situaciones no te das cuenta de lo que hay. Andamos preocupados
por cosas mucho más simples que no nos dejan ver lo realmente importante”,
opina Adriana.
Gracias Adriana por tener esperanza, por luchar por la vida y por repartir esa
esperanza y esas ganas de luchar; por ser un ejemplo de fortaleza junto a tu
familia y a tu preciosa niña, Valeria, que será una Mujer 11, o 12 o más porque
estas nuevas generaciones vienen pisando fuerte. Gracias amiga por querer
participar en este espacio. Eres una grandísima Mujer 11 (7+4).
Y queremos que todos los lectores de este blog sepan que aquellos interesados en donar médula pueden acercarse a su centro sanitario más cercano para solicitar información o consultarla en los sitios web de la Organización Nacional de Trasplantes, de la Fundación Carreras, en la página de Médula para todos. Para inscribirse como donante sólo es preciso poseer un buen estado de salud, tener entre 18 y 55 años y una extracción de sangre, que se procesa y se envía a la Fundación Carreras, que centraliza la información a nivel nacional.
http://www.ont.es
http://www.fcarreras.org/