“Decía un amigo mío que las casualidades no existen. Que
todo está escrito entre las nubes y las estrellas con tinta invisible. Es una
bonita manera de hablar del destino. ¿No creéis?” (No sonrías que me enamoro de Blue Jeans).
La historia de hoy no podía comenzar mejor, gracias amiga
por esta fantástica cita.
Ahora está muy de moda compartir frases muy profundas en las
redes sociales con las que te sueles sentir identificado. Hay algunas que nos
recuerdan que no se puede estar siempre mirando al pasado y al futuro, sino que
hay que vivir el presente, pero qué difícil es eso…
El viaje al pasado es
inevitable, nos gusta recordar los momentos felices y revivirlos nos hace
sentirnos mejor, y el futuro es un lugar lleno de esperanza, es el consuelo de
pensar que algo bueno está por llegar.
La última frase no
está escrita, quedan muchos momentos por vivir, muchas personas por conocer y
quizá alguna de esas personas sea tan especial para ti que parezca que la
conoces desde siempre y se convierta en imprescindible en tu vida. Creo que
muchos de vosotros sabéis de lo que hablo, de repente aparece una Amiga de las
que se escriben con mayúscula y te das cuenta que el destino os tenía guardado
ese momento. Eso me ocurrió a mí… “Sucedió una mañana soleada en el Parque María
Cristina… “
Sin esperarlo, un buen día, encontré una Mujer especial,
impresionante. Una persona de la que sabes que puedes aprender, que contagia generosidad, energía positiva, ganas de
vivir,... Cuando la conoces te das
cuenta de que es divertida, ingeniosa, inteligente, estilosa, con un atractivo arrollador y
que eres afortunada por coincidir con ella en esta aventura llamada vida. Una madre que intenta inculcar a sus hijas unos valores que las convertirán en grandes mujeres como lo es ella. Una gran profesional que realiza su trabajo de una manera impecable y con una empatía asombrosa. Una Mujer 11 con todas las letras y números.
Amalia es así, tal como la describo y quizá me quede corta, pero quiero dedicar unas líneas a hablar de su labor profesional.
Trabajadora social del Centro de Rehabilitación psicosocial
y laboral de Tarancón (Cuenca), que pertenece a la Fundación sociosanitaria de Castilla
La Mancha, realiza la función de favorecer el proceso de recuperación de las
personas con enfermedad mental. La recuperación se define como un proceso
"muy personal” y único que supone el desarrollo de un nuevo significado y
propósito en la vida, más allá de los efectos negativos de la enfermedad
mental. Se trata de un proceso continuo, que consiste en adquirir o recuperar
muchos aspectos de la vida cotidiana de las personas, que pueden haberse
perdido a causa de dicha enfermedad.
Amalia nos cuenta que
al principio cuando se matriculó en Trabajo social “sinceramente no sabía muy
bien en qué consistía, pero lo que sí tenía claro es que quería estudiar algo
relacionado con poder ayudar a las personas. Una vez que comencé la carrera, supe desde un
primer momento que era lo que realmente quería estudiar y que el día de mañana
me gustaría ejercer y así fue... Desde el primer día que comencé a trabajar
hasta el día de hoy, y estamos hablando de 17 años trabajando en recursos de
salud mental.”
“Durante estos 17 años en los que he trabajado en el campo de la salud mental he aprendido muchísimas cosas y una de ellas y fundamental es que una enfermedad mental puede afectarnos a cualquiera, nadie está exento de padecer a lo largo de su vida algún trastorno mental, ya sea grave o menos grave, y por ello veo imprescindible que todos nos informemos y nos sensibilicemos en el campo de la salud mental para poder ayudar a cualquier persona que la padezca.”
Amalia nos habla de la labor del trabajador social: “Son muchas las características que los trabajadores
sociales debemos tener pero una de las que considero más importantes en nuestro
trabajo es saber empatizar, ponernos en el lugar de la persona que estamos
ayudando. Esto hará que la podamos entender y apoyar mejor en todo momento.”
Esta es una de las frases favoritas de Amalia aplicable al
trato con personas en general y
especialmente a personas con enfermedad mental: “Trata a las gentes como si
fuesen lo que deberían ser y les ayudará a convertirse en lo que son capaces de
ser” (Von Goethe). Muchísimas gracias amiga por esta cita tan aleccionadora.
Para terminar esta entrada me gustaría incluir un texto que
Amalia me envió y que seguro muchos de vosotros ya conocéis. No conozco el
autor pero es maravilloso y en mi opinión define muy bien la realidad. Se llama
El Tren de la Vida:
La vida se asemeja a un viaje en tren. Con sus estaciones y
cambios de vía, algunos accidentes, sorpresas agradables en algunos casos, y
profundas tristezas en otros…
Al nacer, nos subimos al tren y nos encontramos con nuestros
padres, creemos que siempre viajarán a nuestro lado… Pero en alguna estación ellos se bajarán
dejándonos seguir el viaje, de pronto nos encontraremos sin su compañía y su
amor irreemplazable...
No obstante, muchas otras personas que nos serán muy
especiales y significativas, se irán subiendo al tren de nuestra vida... Nuestros hermanos, amigos y en algún momento,
el amor de nuestra vida...
Algunos tomarán el tren, para realizar un simple paseo…
Otros durante su viaje pasarán por momentos de oscuridad y tristeza… Y siempre
encontraremos quienes estén dispuestos ayudar a los más necesitados…
El gran misterio para todos, es que no sabremos jamás en qué
estación nos toca bajar. Como tampoco dónde bajarán nuestros compañeros de
viaje, ni siquiera el que está sentado a nuestro lado.
A veces pienso en el momento en el que me toque bajar del
tren. ¿Sentiré nostalgia, temor, alegría, angustia...? Separarme de los amigos que hice en el viaje,
será doloroso y dejar que mis hijos sigan solos, será muy triste. Pero me
aferro a la esperanza de que en algún momento, tendré la gran emoción de verlos
llegar a la estación principal con un equipaje que no tenían cuando iniciaron
su viaje.
Lo que me hará feliz, será pensar que colaboré para que
ellos crecieran y permanecieran en este tren hasta la estación final.
Amigos…hagamos que nuestro viaje en este tren tenga
significado, que haya valido la pena.
“Vivamos de manera que cuando llegue el momento de
desembarcar, nuestro asiento vacío, deje lindos recuerdos a los que continúan
viajando en el Tren de la Vida” ¡FELIZ VIAJE!
Gracias querida amiga por querer participar en este
proyecto, por acompañarme siempre, desde que te conozco, en todos mis momentos
importantes. Me siento afortunada sólo por haberte conocido. Gracias Amalia,
eres una Mujer 11 (7+4)