Como ya
sabéis, este blog está dedicado a un grupo de mujeres muy especiales. Hasta
ahora, cada entrada ha tenido una protagonista que ha sido ejemplo de lucha, de
esfuerzo, de superación, de belleza, de amistad,…
En esta
ocasión, me gustaría dedicar este nuevo post a una generación de Mujeres extraordinarias. No podría determinar su edad porque ocupan una franja temporal muy
amplia pero lo que sí tengo claro es que es tan sumamente excepcional que es
irrepetible, a no ser que su legado quede tan arraigado en sus sucesoras que
seamos capaces de continuar su gran labor…
Como os
digo, no tienen una edad determinada pero comparten ciertas características, si
no todas, la mayor parte de ellas:
Son
mujeres capaces de cuidar de dos generaciones incluso tres; pueden cuidar a sus
padres, a sus hijos y si los hay, a sus nietos. Si algún componente de estos
grupos se pone enfermo allí están ellas para cuidarlos, si necesitan ayuda allí
puedes encontrarlas, si no las tienes cerca puedes llamarlas y sólo con
escuchar su voz ya producen un efecto protector y tranquilizador.
Otra
característica es la gran cantidad de habilidades que tienen: Aunque no sean
cocineras profesionales saben cocinar como nadie, sus guisos son curativos;
tampoco son costureras de profesión pero saben coser cualquier cosa,... Realizan cualquier tarea con una habilidad sorprendente; tú puedes intentarlo
pero seguro que no te quedará como a ellas.
Algunas trabajan en casa, otras también fuera de casa pero tienen algo en común:
un poder casi sobrenatural de organización que nos hace pensar que son “mágicas”
y es que lo son.
Algo singular de este grupo de Mujeres es que muy pocas veces caen enfermas. En ocasiones se quejan
de algún dolor, resfriados y otros males, pero la mayor parte del tiempo forman
parte del bando de las cuidadoras. Eso sí, el día que alguna se pone mala es
como si el caos llegara a la casa porque son prácticamente imprescindibles para
todos.
Una
peculiaridad de todas ellas es el anteponer el bien de
sus “protegidos” (llamemos así a padres, hijos y nietos ya mencionados) al suyo
propio… Así es… Si las necesitas allí
estarán aunque tengan que dejar de hacer algo que a ellas les apetezca más en
ese momento. Su espíritu de sacrificio es ilimitado.
Miro a
mi alrededor y me siento afortunada porque veo que hay muchas cerca de
mí, sois muchísimas,
muchas estáis leyendo este escrito, gracias por todo. Este es un homenaje a todas vosotras porque desgraciadamente... "Lo más importante nunca se ve..." (El Principito de Antoine de Saint-Exupery)
No
pararía de contar todas sus virtudes pero no quiero hacer demasiado extenso este
relato, aunque hay una singularidad de esta generación que no puedo dejar de
mencionar: lo guapas que son y lo bien que huelen, desprenden un aroma dulce a “no
te preocupes que aquí estoy”, a “tómate esto que te va a sentar bien”, a “yo te
acompaño”, a “yo te ayudo”. Cómo me gustaría poder guardarlo en un frasco y conservarlo
para siempre.
Son maravillosas,
hay que quererlas, cuidarlas, valorarlas y aprender de ellas, aunque es muy
complicado estar a su altura.
Esta
generación DEBERÍA SER ETERNA…